Qué decir de mis amigos de Huétor Santillán (este pueblo entrañable que parece la ilustración de un cuento) y de su Biblioteca y de Mª Angeles, su flamante bibliotecaria. ¡No hay palabras! Son tantas las veces que lo he visitado, que ya soy una hueteña más. En esta ocasión acudí en compañía de mi “Ratoncito Pon”.